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«Me conmueve ver como pasión y profesión conviven juntas y se retroalimentan. Una pasión que la lleva a Tailandia, Filipinas, la India e incluso hasta Nueva Zelanda, sólo para retratar la fuerza de la naturaleza en su estado más virgen. Ella necesita vivir y verse envuelta en aquello para lo que su cámara le llama, para que la imagen final no refleje únicamente un retrato superficial sino un momento lleno de sentimiento y vida.»

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Con tan solo 11 años vivió su primera experiencia en este nuevo mundo que suponía la fotografía; el contexto no podía ser mejor: su amiga del alma enamorada de su vecino, la playa de su casa, su cámara kodak de carrete y una buena historia que contar, “¿qué mejor que una carta de amor con fotos tuyas guapísima”? apuntó.

Me sorprendo al observar cómo el paso del tiempo parecía tenerlo todo obligadamente planeado. El día en que, con sólo 12 años, Jimena quedó irreversiblemente enamorada del nombre de la ferretería de su pueblecito de pescadores. Atrás quedaron también las kodak de carrete y las transformaciones del cuarto de baño en cuarto oscuro y con ellos, los días en que Volvoreta empezaba a dar sentido a mucho más que a una bella palabra.

De nuevo aparece el destino. Esta vez en su primera sesión “oficial” para Vogue. Ella era la elegida para protagonizar la sesión como modelo de la firma Oh Que Luna, tenía 17 años y le tomó sólo una hora aburrirse de posar y ponerse detrás del objetivo. Tan sólo un año después, era la encargada de las producciones para Telva, Vogue y Hola de la firma.

A raíz de aquel reencuentro y como consecuencia de una completa educación artística, Jimena supo exprimir al máximo esa creatividad que desprende en cada tarea que desempeña, ya sea para fotografiar a una radiante novia en el día más feliz de su vida, para poner en medio de un set de moda a todo un equipo surferos tocando la guitarra, o simplemente sacando la felicidad y sonrisas de cada momento que compartes con ella y su cámara.

Me conmueve ver como pasión y profesión conviven juntas y se retroalimentan. Una pasión que la lleva a Tailandia, Filipinas, la India e incluso hasta Nueva Zelanda, sólo para retratar la fuerza de la naturaleza en su estado más virgen. Ella necesita vivir y verse envuelta en aquello para lo que su cámara le llama, para que la imagen final no refleje únicamente un retrato superficial sino un momento lleno de sentimiento y vida.

Jimena es auténtica, un ejemplo cargado de energía positiva, una excelente compañera de vida, honesta y sensible. Pero que voy a contar, si soy su fan, su incondicional. Y ella, es mi gran amiga.

Belén Álvarez Pinuaga
Periodista
Senior cliente manager at Pearlfisher
New York City

VANITY FAIR 

 

«Lo que pocos sabían es que detrás de una de las fotografías más bonitas del momento había una española. Jimena San Miguel, directora de la agencia Volvoreta, fue elegida por Württemberg y Andigné para capturar su unión. Vigílarla porque podría ser la próxima invitada a Buckingham .»